Hoy, he elegido una canción de los Smith para daros los buenos días. Ayer se me pasó el cumpleaños de Morrisey y era una especie de compensación… pero ha resultado ser una premonición, porque, justo después, mientras el café se calentaba en la cafetera, he enchufado la radio y he escuchado la noticia del atentado de Manchester.
¡Hay que joderse que te maten en un concierto! aunque sea de Ariana Grande…
Mientras mojaba las galletas y escribía en un post mi rabia contenida, he recordado la vez que fui a la ciudad de los Joy Division.
Era finales de los 90 y no sé como acabé en Blackpool. De allí, a Lancashire, ciudad natal de Morrisey, y luego alquilamos un coche, con mi carné de conducir recién sacado, para recorrer las 32 millas que la separan de Manchester, la primera ciudad industrializada del mundo (decían). Y yo pensaba que de ahí vendría ese aire de fábrica vieja, que se respira allí.
Ni las vistas, ni el olor era bueno, pero sonaba que te cagas. Estaba de moda el Manchester sound, y de ahí, de esa ciudad parecida al Bilbao de los Altos hornos, han salido grupos como Oasis, Joy Division, The Stone Roses, New Order, James, Elbow, Buzzcocks… así que es posible que cuando mi primer hijo nazca, vuelva, porque allí ha nacido el germen del britpop moderno, además de Danny Boyle, director de Trainspotting, o Anthony Burgess, autor de mi novela favorita: La Naranja mecánica.
Un halo extraño me une con esa ciudad. Quizá sea aquel videojuego de fútbol, que era un partido eterno entre City y United, el odio a Take That, mi amor por las pintas, o que, todavía hoy, tengo el pelo como los hermanos Gallagher. El caso es que he decidido hacer pública una lista de grupos de aquella ciudad que, de vez en cuando, me da por escuchar.
El mezcluje es total, porque están desde los Chemical Brothers hasta Simply Red, pasando por aquel super hit de Starsailor, o bandas como The Courteneers, o los Ting Tings, que han pasado algunas veces por los festivales veraniegos de este país, o mi favorita del momento: Cabbage.
El caso es que no se me ocurría mejor homenaje a Manchester que éste, porque la música es algo que ni las bombas, ni el terror pueden silenciar:
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